Ética y costumbres del funeral
Las costumbres funerarias han cambiado a través de los años. Algunas cosas simplemente no se cuestionan, pero los origenes de muchas costumbres son más por razones prácticas que por religiosas. Otras simplemente se han ido amoldando a las necesidades de la sociedad. Algo tan sencillo como la cantidad de misas que se celebran, de un Novenario de misas a una única misa, la velocidad de la carroza que va rumbo al panteón, el vestir de negro, el embalsamamiento, entre otras cosas.
El ir a un funeral, ya sea para velar a un ser querido o acompañar a alguna amistad en señal de solidaridad y cariño, no es fácil, mucho menos si existe un lazo personal con los dolientes o el fallecido. Al no ser esta experiencia un evento «normal» o al que uno se acostumbra, no existe un manual o regla para qué hacer durante un funeral. De acuerdo a nuestra experiencia le compartiremos algunos detalles que pudieran ser útiles.
¿Cómo debo vestir para un funeral?
Lo tradicional es el tono negro como señal de luto. Esta no es la regla a seguir ya que en realidad es muy al gusto de la persona si decide ese color o no. Se recomiendan colores sobrios como gris, azul, blanco, etc. y no llamativos como un rojo, amarillo, verde, entre otros, que pudieran distraer de cierta forma.
¿Por qué el color negro?
El origen de esta costumbre hasta el momento es desconocida a ciencia cierta ya que existen varias fuentes que dan distintas versiones. Por ejemplo, una fuente asegura que es un derivado del morado, que se utilizaba como el color del César y representaba el poder y la elegancia, y por ende los seres queridos que ya no estaban en la tierra, estarían con Dios. La versión más creíble hasta el momento es por superstición. El estar vestido de negro hacía a la persona «invisible» a las ánimas y de esa manera evitarían que estos espectros «molestaran» a la familia. Otra versión es que simboliza la noche o la ausencia de colores, que muy apropiadamente simboliza el luto por la persona querida. Sin embargo, esto parecería más cultural ya que en África, hay algunos países que se pintan de blanco para «engañar» a las ánimas. También se ha visto en India y otros países asiáticos que se visten de blanco en señal de luto.
¿Cómo debo de expresar mis condolencias?
No hay una manera correcta de expresar el cariño y solidaridad. La más noble de las maneras es atender al funeral y visitar a los familiares. Esto vale mucho más que cualquier otra muestra debido a que el tiempo es uno de los regalos más valiosos que puede dar uno. El tomarse la molestia de visitar a los dolientes no tiene precio. Una vez estando allí, la siguiente pregunta sería «y qué le digo?». Muy sencillo, en veces las palabras están demás. Como alguna vez dijo San José María Escrivá «las palabras resultan pobres» para expresar lo que uno tiene en el corazón. Recomendamos simplemente que si no se tienen las palabras, con un abrazo, un beso, o un saludo sincero dice mucho más. Trate de evitar decir «¿cómo estás?» porque uno ya lo sabe, o «buenos días», aunque sea por educación, ya que «de buenos no tiene nada» para la persona. Uno nunca sabe cómo va a reaccionar la familia con las palabras.
Otra manera de expresar las condolencias es enviando un arreglo floral, como una corona. Otra opción son arreglos florales más pequeños, ya que estos arreglos se los pueden llevar a su casa o adornar una iglesia posteriormente. Para otras ideas, visite www.pavefloristas.com. Si no, pudiera ser una tarjeta personalizada o un correo electrónico, sin embargo esta última ya es menos personal.
El mandar una publicación por medio de periódico a través de Capillas Benito M. Flores es otra opción.
¿Por qué van tan despacio las carrozas?
La respuesta es muy sencilla, sin embargo comparto algunos antecedentes para entender de donde viene. El origen de las procesiones proviene desde las civilizaciones más antiguas y el origen de prácticamente cualquier disposición de un ser humano. Al momento que una persona cesa de vivir, comienza su descomposición y se vuelve más un motivo de higiene que cualquier otra cosa. Esta necesidad de llevar a los cuerpos lejos de la civilización da origen a los panteones y el por qué se encuentran en las afueras de la ciudad. Era para que los olores fétidos no molestaran a la población. Para poder trasladar los cuerpos a las afueras, inicialmente se cargaba en hombros y de noche por superstición de que el espíritu no se apoderara del alma de los vivos. Con el tiempo, se utilizó algún animal (caballo, mula, burro) para cargar el cuerpo, y después añadieron una carreta para colocar el cuerpo. Conforme avanzaba la civilización, decidieron hacer algo más elaborado y crearon las primeras carrozas con antorchas encima. Poco después la superstición se levantó y siguieron con esta procesión durante el día. Debido a que las carrozas eran fabricadas de madera, resultaba un riesgo tener las antorchas encima y por ende se colocaron unas plumas como un simbolismo de las antorchas. Entonces he aquí la respuesta al enigma de la velocidad de las carrozas: era para que no se apagaran las antorchas con el aire. Pasando los años se fueron fabricando carrozas metálicas, y después motorizadas, hasta llegar a lo que ahora conocemos de carrozas en el mundo. La palabra «Funeral» tiene sus raices griegas de «Funeralis» o «procesión de antorcha».
¿Por qué se embalsama el cuerpo?
Antiguamente fue un descubrimiento o accidente desde los tiempos de los antiguos egipcios. Al ellos llevar a sus cuerpos a las afueras de la ciudad, al desierto, estos se deshidrataban con el calor y las arenas. Cuando el Rio Nilo se desbordaba, hicieron el descubrimiento de que los cuerpos salieron a la superficie momificados. En algún punto, algún religioso lo vió como una posibilidad de una reencarnación y que el espírituo iría a su «Circulo de la Necesidad» para ser juzgado y regresar a la Tierra, nuevamente a su cuerpo. Por ende, esto se volvió algo más religioso que práctico. Gracias a estas prácticas, se tomaron como base para lo que hoy conocemos como el embalsamamiento moderno. Los propósitos principales ahora en días son de presentación, preservación y desinfección.